Nuestra historia

Nuestra ganadería se inició en 1994 con un hato de vaquillas Gyr lecheras y F1 Girolando, provenientes de la ganadería del Sr. Ricardo A. Urquijo,  propietario del rancho San Miguel.

Al hato también se incorporó ganado Gyr de la ganadería del señor Abe Americus del Rancho Maracaibo en el año de 2000.

El rancho San Miguel desde 1974, se ha dedicado a criar ganado cebu Gyr de registro. Inició a seleccionar sus vacas para producción lechera a partir de  1983, a base de alimentación en pastoreo. La alimentación era en potreros de rastrojos de sorgo y maíz, y durante en la época de lluvias en pastos nativos, ya que en la región del sur de Sinaloa la temporada de lluvia se restringe a 100 días y el promedio anual de precipitación es de 500 milímetros cúbicos. Las vacas eran ordeñadas a mano con becerro al pie y sin suplementación.
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Las mejores vacas durante el año 1986-1987

Las vacas fueron alimentadas con rastrojos de maíz y pastos nativos sin suplementación, fueron ordeñadas una vez al día y se les daba de mamar a los becerros en las tardes.

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En el año 2005 la ganadería del Rancho San Miguel obtuvo el premio presidencial al Merito Ganadero entregado por el presidente de la República Mexicana el Lic. Vicente Fox Quesada a Doña Manuelita Beltrán de Urquijo y sus hijos.

Nuestro rancho trasciende de generación en generación

Desarrollo Ganadero

Ricardo A. Urquijo Monterde, con vocación en la producción lechera, ya de tercera generación, incursionó en el ganado cebú debido a las condiciones climáticas y medioambientales que caracterizan al municipio de San Ignacio Sinaloa, lugar en donde se ubica el Rancho Cerro Prieto. Él realizaba la labor de ordeña de todo el ganado con el que contaba, razón por la cual se percató que las vacas cebú rojas (que tenían sangre de Gyr) era la raza que más leche producía. A partir de ese momento, se enfocó en ellas convirtiendo al ganado Gyr en el objetivo del rancho.
 

Inició con la compra de sementales de la raza Gyr de la ganadería del Doctor Javier Herrera del Rancho Tanchacloco, en el norte de Veracruz. Al mismo tiempo, comenzó un proyecto de medición de producción lechera de sus vacas y de esa manera seleccionó las que debían de continuar en su hato, con el objetivo de que su ganado Gyr tenía que ser Gyr lechero con datos de producción. Desde entonces a la fecha hemos seguido ya hasta la quinta generación con tal proyecto, cada vez siendo más rigurosos en la selección.